Spain is different! Es un hecho, pero no sólo es diferente frente al resto del mundo, lo es todavía más dentro de sus fronteras. Hablando de eso, las fiestas son un fiel reflejo de esa diversidad. Pero, incluso en fiestas “compartidas” por toda la geografía como son la de Semana Santa, también hay muchas diferencias. Hoy en IATI os mostramos lo diferente que puede llegar a ser la Semana Santa en España. Si pensabas que hay procesiones de Semana Santa como en España en todo el mundo, con cofrades, hermandades, cantos, penitencias y demás, déjame sacarte de tu error. Pocos países son tan “religiosos” esa semana como España, y a los países que se exportó la tradición (Sudamérica principalmente).

Semana Santa en España

La Semana Santa de Sevilla, pasión desbordada

La pasión y el fervor de los costaleros y las hermandades se desborda en Sevilla. La Semana Santa de Sevilla es una de las que muestran más sentimiento, más emoción (con piropos y saetas) y de las que más personas congregan, tanto de España como extranjeros. Las sillas y balcones en la carrera oficial (por donde pasan todas las procesiones) se reservan con un año de antelación.

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El momento cumbre de la Semana Santa de Sevilla es la “Madrugá”, la noche del Viernes Santo: el Jesús del Gran Poder, la Esperanza de Triana, la Macarena o el Cristo de los Gitanos salen a hombros de los cofrades de la hermandad El Silencio, La Macarena, Esperanza de Triana, El Gran Poder, El Calvario y Los Gitanos. Son más de cincuenta las procesiones que recorren las calles de la capital hispalense durante la Semana Santa.

La Semana Santa de Zamora, recogimiento castellano

El sentimiento de la Semana Santa en toda Castilla se vive de otra forma: recogimiento, silencio, sobriedad… La Semana Santa de Zamora llega al extremo con el silencio respetuoso y casi opresivo de la procesión del Yacente la noche del Jueves Santo. Sólo las campanillas y los hachones que sujetan los cirios al golpear contra el suelo se oyen en las calles zamoranas. El momento culminante llega al término de la procesión en la plaza de Viriato donde la hermandad de Jesús Yacente canta el Miserere desbordando la emoción entre los miles de personas que han acompañado al paso.

Si los días de la semana de pasión en Zamora no son suficientes, siempre puedes visitar el Museo de Semana Santa abierto durante todo el año.

La Semana Santa de Calanda, la rompida de la hora

La hora se rompe con la primera campanada del reloj de la iglesia a las doce del mediodía del Viernes Santo en la plaza de Calanda, en Teruel. Con ese primer tañido son miles de tambores los que compiten por sonar más fuerte que los demás. Una sensación única que congrega cada año a más turistas y curiosos en el pequeño municipio y en otros aragoneses que la misma tración como Albalate del Obispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Híjar, la Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Jaén.

Famosa también por su tamborrada es la Semana Santa de Hellín, en Albacete, donde más de 20.000 tambores que acompañan las distintas procesiones del Miércoles Santo y todo el Jueves Santo, volviendo a sonar el Domingo de Resurrección tras el encuentro entre la Dolorosa y el Resucitado.

La Semana Santa de Castro Urdiales, la pasión viviente

En Castro Urdiales la Semana Santa no saca pasos a la calle, saca a los vecinos que reviven cada Viernes Santo la Pasión. Desde 1985 más de 800 vecinos trasladan la ciudad cántabra al Jerusalén del siglo I y representan el momento de la Pasión y Muerte de Jesucristo.

Un realismo y un detalle máximos que emocionan y conmueven a todo el que asiste a esta atípica procesión.

Ya puedes elegir: desde la emoción desbordada de Sevilla hasta la contenida de Zamora, del romper de los tambores al viaje en el tiempo. ¿Cuál es tu Semana Santa preferida?

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