Uno de los países más subestimados del planeta es, sin duda, Namibia. Viajar a Namibia es realmente diferente a viajar a cualquier otro lugar del mundo. Si te gustan los animales, la aventura y la naturaleza, has elegido el destino perfecto.
Este país es conocido como es la tierra de horizontes interminables: todos los paisajes son épicos y todas las distancias… demasiado largas. Para disfrutar al máximo de su inmensidad te recomendamos pasar, como mínimo, dos semanas explorándolo por tu cuenta, en un buen 4×4 y no perderte estos seis lugares imprescindibles de Namibia que no te puedes perder. Si tienes tiempo, tres semanas sería lo óptimo para no tener que correr de un punto a otro (cuando en este artículo escribimos que una cosa está cerca de la otra, quizá hablamos de 3 horas de distancia en coche) ¡Prepara tu equipaje, hazte con tu seguro viajero y pon rumbo con nosotros hacia este paraíso africano!
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Namibia por libre: seis imprescindibles
Parque nacional Etosha
El parque nacional de Etosha es, sin duda, la mayor atracción del país, pues ofrece uno de los mejores territorios para poder hacer safaris (tiene una extensión de 22.270 km2 y se considera un paraíso animal donde conviven más de 110 especies de mamíferos).
Uno de los motivos por lo que es famoso es porque se encuentra dividido por pozos de agua (que los organizadores del lugar ya te han marcado en un mapa) y, como Namibia cuenta con un clima tan árido, sus animales están adaptados a vivir en el desierto y saben perfectamente dónde deben ir para hidratarse. Por lo tanto, no sólo resulta fácil avistar elefantes, leones, jirafas y rinocerontes en busca de agua… sino que, además, puedes ver cómo reaccionan al encontrarse (spoiler: normalmente pelean).
Si vas a visitar el parque, te recomendamos que te hospedes en él. A parte de contar con buenas habitaciones de hotel, también tiene un campamento (el campamento Okaukuejo) con un pozo de agua increíble, en el que te puedes pasar horas viendo animales ir y venir durante toda la noche.
El precio de la entrada diaria al parque es de 80 dólares namibios, menos de 6€.
Sossusvlei y Deadvlei
¿Has visto alguna vez árboles con más de 1.000 años de antigüedad? Esa cifra es la que se estiman que podrían tener los que se encuentran en Sossusvlei, un salar que se encuentra en el desierto de Namibia central. Alguna vez el lugar fue un pantano fértil, pero con el paso del tiempo, el viento se encargó de mover las dunas y de conseguir que éstas cortaran el agua que corría hasta el lugar. El resultado fue una enorme explanada, una especie de patio ovalado con apariencia similar a la de la arcilla seca agrietada, pero de color blanco, poblada tan sólo por los esqueletos retorcidos de los árboles que, casi de color negro, siguen luchando por mantenerse en pie y llevan más de mil años consiguiéndolo, seguramente porque el aire es demasiado seco y las dunas a penas lo dejan pasar.
De camino, no te olvides de parar por la duna 45 para ver el amanecer – una experiencia maravillosa y uno de los imprescindibles que ver en Namibia.
Los Himba
Si bien es cierto que, como hemos puntualizado al inicio del artículo, Namibia es una de las grandes desconocidas de África (o no goza de toda la fama que debería), lo contrario ocurre con una de sus tribus, los Himbas – de hecho, esta es, junto a los Masai, la tribu más fotografiada del país.
Desgraciadamente, tantas visitas de turistas desinformados han conseguido contaminar sus costumbres con alcohol y golosinas, entre otros. Por ello, te recomendamos encarecidamente que trates de visitar una de sus etnias minoritarias para ahorrarte sentir que estás contemplando una obra de teatro (el orfanato que se encuentra en el norte del país es una buena opción, por ejemplo), así como acercarte a sus culturas y tradiciones de una manera sostenible y respetuosa.
El poblado himba es de lo más simpático y abierto: los notarás eufóricos por hablar contigo, te pedirán que les tomes fotografías, que te unas a ellos, que pruebes su comida, que juegues con sus hijos…
Aún así, la visita siempre es algo agridulce: ya en la entrada de la tribu encontrarás una pequeña caseta donde te recomendarán pagar la “entrada” que, realmente, es el precio del guía que te acompañará durante la visita. Responderá a tus preguntas, hará de intérprete y además te explicará la historia y el modo de vida del poblado. A pesar de que te dan la opción de entrar sin pagar el ticket, merece la pena invertir los 150 dólares namibios (cerca de 10€) para disfrutar realmente de la experiencia comprendiendo algo de lo que está ocurriendo a tu alrededor. A la salida, todas las mujeres se levantarán y formarán un pequeño mercadillo circular para llorar suplicándote que les compres algo de la bisutería que prometen hacer manualmente.
La granja de guepardos
La Otjitotongwe Cheetah Gest Farm, una fundación que trabaja para evitar la extinción de los guepardos en Namibia. John, un hombre namibio de mediana edad, se encarga de educar y alimentar en la granja a los cachorros guepardos que han quedado huérfanos y a los rescatados que se han encontrado heridos por cazadores furtivos, con el objetivo de devolverlos a la vida salvaje tras su recuperación.
Resulta alarmante ver que John te abre la puerta de su hogar acompañado de dos preciosos (y musculosos) guepardos que, debido a su avanzada edad / enfermedad, resultaron imposibles de rehabilitar y ahora caminan siempre cerca de él, como si de dos gatitos se tratasen. Son completamente inofensivos, les encantan los humanos y puedes sin problemas verlos de cerca. Excepto a la hora de comer.
Después de charlar con John, puedes dar una vuelta en un jeep para ver cómo alimentan a los guepardos que tienen criados en cautividad. Desgraciadamente, el número de guepardos ha disminuido un 90% en los últimos años y esta es la única manera que tienen de protegerlos. El precio de la excursión es de 950 dólares namibios, cerca de 60€ para un experiencia más que interesante que hacer en Namibia.
Windhoek
No hay duda de que, si vas a viajar a Namibia, lo más destacado de tu viaje y lo que eclipsará tus conversaciones serán los guepardos, la búsqueda de leones (¡no son fáciles de ver!), el sandboarding o cómo te costó escalar la duna 45, pero Windhoek, a pesar de no ser la ciudad más bonita del mundo, merece la pena visitarla.
Windhoek es la capital del país, y no se parece a ninguna otra que hayas podido visitar. Dicen que es la más segura de África: es limpia, muy tranquila, demasiado; algunas calles están sumergidas en el completo silencio. El motivo por el que no te la debes perder si visitas Namibia es por la impactante influencia alemana que existe en los edificios de la ciudad, eco de un legado colonialista.
La costa de los esqueletos
A pesar de que el nombre “la costa de los esqueletos” no invita a parar por ahí a hacerle una visita, merece la pena incluir esta porción de tierra en tu lista de cosas que ver en Namibia. Aquí las grandes olas y el incontrolable viento han vencido a miles de barcos y a sus marineros – y desde donde todavía se pueden ver sus restos. El nombre de la playa, de todas formas, viene probablemente de la enorme cantidad de ballenas que terminaron perdiendo la vida varadas en la arena, y cuyos esqueletos se pueden ver también por todas partes. Por si fuese poco y, para hacerlo todavía un poco más curioso, el lugar está repleto de leones marinos. Y cuando decimos repleto es RE-PLE-TO:
Estos serían los seis puntos imprescindibles que ver Namibia, de todas formas, te recomendamos también ir a Solitaire a probar su tarta de manzana. Dicen que ahí llevaba Brad Pitt a Angelina Jolie a saborear el mejor apfelstrudel del mundo. Nosotros la hemos probado y os podemos asegurar que está para chuparse los dedos.
Artículo escrito por Judith Tirado, de La Loli Planet