En Irlanda del Norte hay muchas cosas que ver, pero quizá uno de los recorridos que mejor agrupa sus mayores encantos es la denominada como Causeway Coastal Route. Esta ‘Ruta Costera de la Calzada’ nos lleva a lo largo de 120 millas (casi 200 km) por todo su litoral, desde el sur en Belfast hasta el norte en Derry/Londonderry, dejando a nuestro paso algunos de los paisajes más impactantes, bellos y famosos de todo el país.
La mejor manera de recorrerla es en coche, a nuestro aire, sin prisas y parando cada dos por tres, porque como verás la Causeway Coastal Route está plagada de pueblos costeros, castillos, puertos, playas y formaciones rocosas que bien merecen un poco de nuestro tiempo. Una vez que salimos de Belfast pasaremos por pueblecitos como Glenarm, Carnlough, Cushendall, Cushendun y Ballintoy antes de llegar a Derry/Londonderry, y a nuestro paso habremos dejado monumentos como el castillo de Carrickfergus, imponentes senderos como The Gobbins Cliff Path, experiencias cargadas de adrenalina como el Carrick-a-Rede Rope Bridge, escenarios de película como el castillo de Dunluce y paraísos naturales de fama mundial como la Calzada de los Gigantes, el primer lugar de Irlanda declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Así que si tienes unos días libres por delante y quieres acompañarnos en este viaje por la apasionante costa norirlandesa, prepara tus cosas que empezamos.
Contenidos
- 1 Belfast, el punto de salida
- 2 Carrickfergus Castle, primera parada
- 3 The Gobbins Cliff Walk
- 4 Glenarm y su historia
- 5 El jardín amurallado del Castillo de Glenarm
- 6 Glenariff Forest Park, aún más verde
- 7 Carnlough y su puerto
- 8 Cushendun, un sitio peculiar
- 9 Torr Head Road, un alto en el camino
- 10 Ballycastle, un poco más arriba
- 11 El puente colgante de Carrick-a-Rede ¡Qué impresión!
- 12 Ballintoy y su puerto
- 13 The Dark Hedges, nos salimos de la ruta
- 14 La Calzada del Gigante, por fin
- 15 El Castillo de Dunluce, otro imprescindible
- 16 La playa de Whiterocks
- 17 Y llegamos a Derry, o Londonderry
Belfast, el punto de salida
Aunque técnicamente Belfast no esté dentro de la Causeway Coastal Route, asumimos que sin duda será tu punto de partida. La capital de Irlanda del Norte se merece todo un viaje para ella sola, pero ya que vas a pasar por ella te recomendamos que le dediques al menos un día para conocer algunos de sus atractivos. Su ayuntamiento seguro que te impresionará con su tamaño, más propio de un palacio que de una casa consistorial, pero lo que sin duda no puedes pasar por alto es el museo Titanic Belfast. Aquí verás constantes referencias al Titanic por todos lados y es que la ciudad se enorgullece, y mucho, de haber fabricado el transatlántico más mítico de la historia de la navegación. Su museo te llevará de viaje desde los mismísimos planos de construcción del barco hasta su trágico choque con un iceberg en 1912. Y cómo no, antes de irte también puede ser interesante hacer una ruta por los murales de la ciudad que recuerdan el conflicto norirlandés.
Carrickfergus Castle, primera parada
Pronto, al poco de salir de Belfast, llegamos al castillo de Carrickfergus. Durante más de 800 años ha sido todo un hito para el paisaje de Irlanda del Norte, y es que es imposible no recabar en él. Fue construido originalmente en 1177 por John de Courcy pero ha ido sufriendo diversas modificaciones a lo largo de los siglos. Hoy en día junto a sus cañones, que van del siglo XVII al siglo XIX, el castillo se emplea para albergar diferentes exposiciones.
The Gobbins Cliff Walk
El nombre de ‘The Gobbins’ proviene del nombre en irlandés ‘An Gobain’, que significa ‘las puntas de la roca’, y cuando lo veas lo entenderás. The Gobbins nos espera con un espectacular sendero que se aferra con uñas y dientes a un acantilado a través de pasarelas, puentes, túneles y escaleras, por lo que hay que echarle un poco de valor para atravesarlo. El recorrido data de 1902 y esta versión rediseñada se inauguró en 2015, con trazados que discurren en paralelo a los restos erosionados de la estructura original.
Glenarm y su historia
Glenarm es el primero de los nueve pueblecitos que encontraremos a lo largo de la Antrim Coast Road, donde nos espera un área de excepcional belleza natural. Sin duda se merece una parada pues se trata de una de las localidades más antiguas de Ulster y tiene mucho que contar. De hecho su denominada ‘área de conservación’ cuenta con más de 50 edificios catalogados como históricos y el pueblo ha conservado el trazado original de sus calles. Su castillo, por cierto, es una de sus visitas imprescindibles.
El jardín amurallado del Castillo de Glenarm
El Castillo de Glenarm ha sido hogar de los condes de Antrim durante más de 400 años, y actualmente es una mansión de estilo jacobeo ubicada en un área de excepcional belleza natural. Su jardín amurallado tampoco debemos pasarlo por alto, pues se creó originalmente para abastecer de fruta y verdura a la propiedad y es uno de los más antiguos de Irlanda. Este lugar de ensueño está abierto al público de abril a septiembre.
Glenariff Forest Park, aún más verde
Seguimos subiendo y llegamos al Parque Forestal de Glenariff, en el área de los Glens of Antrim. Glenariff ya de por sí es considerado por muchos uno de los pueblecitos más bonitos de la Antrim Coast Road, pero su Parque Forestal acapara aún más protagonismo. Su frondosidad la atraviesan diferentes senderos que invitan a estirar las piernas y dos pequeños ríos, el Inver y el Glenariff, que dejan a su paso espectaculares cascadas, piscinas naturales y rápidos tramos de agua que se escabullen entre profundas gargantas rocosas.
Carnlough y su puerto
En Carnlough, del irlandés Carnlach, y literalmente traducido como “lugar de montones de piedras”, es un pequeño pueblo del condado de Antrim en el que podemos hacer una rápida parada. Llama la atención por su pintoresco puerto a orillas de la bahía de Carnlough, utilizado tanto por embarcaciones de pesca como de recreo. Como anécdota, aquí se encuentra el Londonderry Arms Hotel, construido en 1848 como posada por Frances Anne Vane Tempest, marquesa de Londonderry, bisabuela de Winston Churchill.
Cushendun, un sitio peculiar
Cushendun fue diseñado por Clough Williams Ellis en 1912 bajo petición de Ronald John McNeill, Baron de Cushendun, y su similitud con Cornualles no es casualidad, pues se hizo así para complacer a la esposa del Baron Penzance, Maud. Ellis diseñó una plaza con siete casas que hoy funcionan como tiendas de artesanía y salones de té, y tras la muerte de Maud en 1925, el arquitecto galés diseñó una hilera de peculiares casas en su memoria. Los seguidores de Juego de Tronos tienen aquí una cita con las cercanas cuevas de Cushendun, donde se rodó una de sus escenas.
Torr Head Road, un alto en el camino
Llegados a este punto podemos salir de la Causeway Coastal Route para tomar la Torr Head Road, una carretera panorámica que nos lleva a un promontorio rocoso situado entre Cushendun y Ballycastle, justamente en el punto más cercano entre Irlanda y Escocia. Esta sinuosa carretera ofrece vistas impresionantes a través del mar hasta Mull of Kintyre y Rathlin Island. ¿Listos? Pues volvamos a la costa.
Ballycastle, un poco más arriba
Ballycastle, que significa “pueblo del castillo”, es un pequeño municipio ubicado en el extremo nororiental de la isla de Irlanda. Su festividad de ‘The Ould Lammas Fair’ data del siglo XVII y se lleva a cabo todos los años losúltimos lunes y martes de agosto: las especialidades gastronómicas locales incluyen el ‘yellow man’ y el ‘dulse’. Y por cierto, Ballycastle es el punto de conexión en ferry con la isla de Rathlin, la única isla habitada de Irlanda del Norte.
El puente colgante de Carrick-a-Rede ¡Qué impresión!
El puente colgante de Carrick-a-Rede es posiblemente uno de los puntos más esperados de nuestra ruta por laCauseway Coastal Route. Tiene su origen en 1755, cuando los pescadores de salmón necesitaban cruzar a la isla de Carrick-a-Rede para revisar sus redes. Hoy es gestionado por la agencia de conservación National Trust y, tras pagar el correspondiente ticket, podemos cruzar por este puente colgante de cuerda sobre un desfiladero de 30 m de profundidad y 20 de ancho. Eso sí, quienes se atreven a atravesarlo son recompensados con unas impresionantes vistas de la Costa Norte. Si te conformas con verlo desde lejos entonces te bastará con ir a ‘Portaneevy scenic viewing point’.
Ballintoy y su puerto
Ballintoy, que proviene del irlandés “Baile an Tuaigh” y que significa “la ciudad del norte”, es una llamativa aldea compuesta por una serie de pequeñas tiendas y un par de iglesias, que puede presumir de un puerto bastante pintoresco que apareció en Juego de Tronos. No tiene mucho más, pero es buen lugar para estirar las piernas.
The Dark Hedges, nos salimos de la ruta
Nos salimos un momento de la Causeway Coastal Route para recorrer unos 14 km hacia el interior hasta llegar a The Dark Hedges, una de esas paradas imprescindibles para los más forofos de Juego de Tronos. Es posiblemente el túnel de árboles más famoso del mundo, y es que aquí las hayas abrazan la carretera hasta crear un paisaje de auténtica película. Lo mejor es llegar a primera o última hora del día, para no coincidir con demasiada gente y así disfrutar mejor de su magia natural.
La Calzada del Gigante, por fin
La Calzada del Gigante, o Giant’s Causeway, es posiblemente una de las imágenes más famosas de toda la isla de Irlanda y se encuentra justo aquí, casi al final de nuestra ruta por la Causeway Coastal Route. Formada hace más de 60 millones de años, cuando la lava fundida se enfrió repentinamente al entrar en contacto con el agua, la Calzada del Gigante rompe con el paisaje con sus llamativas columnas de basalto de forma en su mayoría hexagonal. Aquí, antes de dar un agradable paseo siguiendo la costa hasta llegar a la calzada, un Centro de Visitantes se encarga de explicarnos todos los secretos geológicos de su formación, y allí mismo podremos recoger una audioguía que nos acompañará en nuestro recorrido.
Así, podremos conocer todos los detalles de la leyenda que explica cómo la calzada surgió de la lucha entre dos gigantes, el irlandés Finn McCool y el escocés Bennandoner, y cómo fue hecha por McCool para atravesar el Canal del Norte y cruzar de una isla a otra para enfrentarse a Bennandoner. Aquí puedes hincharte a hacer fotos porque difícilmente verás una formación tan peculiar en ninguna otra parte del mundo.
El Castillo de Dunluce, otro imprescindible
Muy cerquita de la Calzada del Gigante se encuentran las ruinas del castillo de Dunluce, otra parada imprescindible de esta ruta. Sus orígenes se remontan al primer milenio, aunque los restos que vemos hoy datan principalmente de los siglos XVI y XVII. Se alza sobre el borde de un promontorio del norte de Antrim y estuvo habitado por los clanes enemistados McQuillan y MacDonnell. Se puede visitar por dentro pero también es altamente recomendable asomarse al mirador de Magheracross para admirarlo en todo su esplendor integrado en el espectacular paisaje costero. Y sí, también es un escenario de Juego de Tronos.
La playa de Whiterocks
Además de pasar por Portrush, que en irlandés significa “el puerto del promontorio”, para darse un paseo por su casco antiguo rodeados de bares y restaurantes, puede ser muy interesante acercarnos a conocer una de sus playas más famosas: la de Whiterocks, una de las favoritas entre los lugareños y un destino imperdible para los visitantes internacionales. Ha sido distinguida con Bandera Azul y, además de rodearse de acantilados, destaca por las formaciones rocosas que surgen del océano como Shelagh’s Head, Wishing Arch, Elephant Rock y Lion’s Paw. Si no quieres llenarte los pies de arena siempre puedes admirarla desde el mirador de Mageracross.
Y llegamos a Derry, o Londonderry
Ponemos fin a nuestro recorrido por la Causeway Coastal Route en Derry/Londonderry, pues ambos nombres valen según quién se refiera a ella. Es la segunda ciudad en tamaño de Irlanda del Norte tras Belfast aunque su casco histórico, totalmente amurallado, es pequeño y está lleno de encanto. Como sugerencia, es altamente recomendable realizar una visita guiada que nos lleve sobre su muralla para conocer su historia de primera mano, pues jugó un papel fundamental durante el conflicto norirlandés tal y como nos recuerdan numerosos murales pintados en sus fachadas. Sus calles rebosantes de vida y sus bares con música en directo ponen el perfecto punto final a esta ruta por la Causeway Coastal Route de Irlanda del Norte.
Seguro que este artículo te ha dado el empujón que te faltaba y te ha ha ayudado a cerrar tu itinerario por esta épica ruta. Además, para ayudarte a que tu viaje sea un éxito, hemos preparado también esta detallada guía:
Artículo escrito por Roberto Ruiz, de El Mundo Patas Arriba