Imagina que te despiertas en una ciudad donde los Alpes se asoman por el horizonte y el lago brilla con una calma casi mágica. Estás en Ginebra, y aunque su fama suele ir de la mano de diplomacia y relojes de lujo, pronto descubrirás que hay mucho más esperándote en cada rincón.

Aquí no vienes solo a tachar monumentos de una lista, sino a vivir momentos: un paseo junto al Lago Lemán mientras las gaviotas revolotean sobre tu cabeza, una visita inesperada a un museo que te atrapa más de lo que pensabas, o una tarde de chocolate caliente en una terraza con vistas.

Aquí te vamos a dejar una guía con las mejores cosas que ver en Ginebra. Léelo sin prisas, disfrutando como si te lo contara un amigo que ya ha estado. Así que ponte calzado cómodo, abre bien los ojos y prepárate para enamorarte de una ciudad que, aunque discreta, sabe sorprenderte cuando menos te lo esperas.

El Jet d’Eau: el icono de Ginebra

Uno de los primeros lugares que ver en Ginebra es el famoso Jet d’Eau, una impresionante fuente situada en el Lago Lemán.

Con un chorro de agua que alcanza los 140 metros de altura, este monumento hidráulico se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad. Se puede ver desde muchos puntos de Ginebra, pero para disfrutarlo de cerca lo mejor es acercarse al paseo del lago y caminar por el espigón que lleva directamente hasta la fuente.

Durante los días soleados, es habitual ver arcoíris formándose en el agua pulverizada, lo que lo convierte en un lugar muy fotogénico.

Además de ser una maravilla visual, el Jet d’Eau es también un punto de encuentro y un lugar ideal para comenzar un paseo por la ribera del lago. Desde allí, puedes continuar caminando hacia el Jardín Inglés o embarcarte en un crucero por el lago, otra de las experiencias recomendadas que hacer en Ginebra.

No importa si vas en verano o invierno, el Jet d’Eau siempre es una parada obligatoria si decides viajar a Ginebra.

Qué ver en Ginebra

Casco Antiguo y la Catedral de San Pedro

El corazón histórico de la ciudad es otro de los imprescindibles que visitar en Ginebra.

El casco antiguo, con sus callejuelas empedradas, plazas con encanto y arquitectura medieval, te transportará al pasado. En el centro se alza la Catedral de San Pedro, un edificio de estilo gótico con elementos románicos que fue el hogar de Juan Calvino durante la Reforma Protestante.

Subir a las torres de la catedral es una de las mejores actividades que hacer en Ginebra, ya que ofrece una vista panorámica de la ciudad y del lago que vale totalmente la pena. Además, bajo la catedral se encuentra un sitio arqueológico fascinante, donde se pueden ver los restos de iglesias anteriores y estructuras romanas.

No te pierdas tampoco la Maison Tavel, la casa más antigua de Ginebra convertida en museo de historia urbana.

Pasear por el casco antiguo es sumergirse en la historia de la ciudad. Encontrarás cafeterías acogedoras, tiendas de antigüedades y pequeñas galerías de arte que hacen que viajar a Ginebra sea también una experiencia cultural rica y diversa.

Qué hacer en Ginebra

Palacio de las Naciones (ONU)

Uno de los edificios más emblemáticos que ver en Ginebra es el Palacio de las Naciones, sede europea de las Naciones Unidas.

Situado en el Parque Ariana, este complejo arquitectónico no solo es impresionante por su tamaño, sino por el simbolismo que encierra. Si te interesa la política internacional o la historia contemporánea, hacer una visita guiada al interior del palacio es una de las experiencias más enriquecedoras que hacer en Ginebra.

Durante el recorrido, podrás visitar la Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de Civilizaciones, decorada por el artista español Miquel Barceló, así como otros salones de conferencias donde se toman decisiones que afectan al mundo entero. Frente al palacio, la famosa escultura de la silla rota —un monumento contra las minas antipersona— también merece una parada.

Este es sin duda uno de los puntos clave que visitar en Ginebra, especialmente si quieres comprender el papel de la ciudad como capital de la diplomacia internacional.

Visitar el Palacio de las Naciones (ONU)

Jardín Botánico de Ginebra (Jardin Botanique)

Muy cerca del Lago Lemán y del Palacio de las Naciones, el Jardín Botánico de Ginebra es uno de esos rincones que sorprenden por su tranquilidad y belleza. Aquí no solo te cruzas con locales que pasean o leen bajo la sombra de un árbol, sino que te sumerges en un auténtico museo vegetal al aire libre, con más de 12.000 especies de plantas de todo el mundo.

Entre senderos, invernaderos tropicales, jardines temáticos y un curioso jardín alpino, podrás descubrir desde cactus gigantes hasta delicadas orquídeas. También hay un pequeño zoológico con ciervos, flamencos y otros animales que encantan a los más pequeños.

Este lugar es ideal para desconectar del bullicio de la ciudad sin alejarte demasiado. La entrada es gratuita, lo que lo convierte en uno de los planes más agradables y accesibles que hacer en Ginebra. Ya sea para hacer fotos, aprender algo nuevo o simplemente pasear entre naturaleza, el Jardín Botánico es una parada perfecta en cualquier itinerario.

Si viajas en primavera o verano, no olvides tu cámara: está lleno de rincones que parecen sacados de una postal.

Jardín Botánico de Ginebra (Jardin Botanique)

Paseo por el Lago Lemán en barco

Entre las experiencias más recomendables que hacer en Ginebra, un crucero por el lago te permite admirar la ciudad desde el agua y disfrutar de unas vistas espectaculares de los Alpes y el Mont Blanc en días despejados.

Existen varias opciones, desde cruceros turísticos con audioguía hasta barcos tradicionales “mouettes genevoises” que funcionan como transporte público acuático. También hay excursiones que conectan Ginebra con otras localidades ribereñas como Nyon, Yvoire o Lausana, perfectas si tienes más tiempo para explorar la región.

Este paseo es ideal tanto para parejas como para familias o viajeros solitarios que buscan una forma distinta de explorar.

Lago Lemán, lugar que ver en Ginebra

Museo Patek Philippe

Ginebra es sinónimo de relojería de lujo, y no hay mejor lugar para descubrir esta tradición que el Museo Patek Philippe.

Este elegante museo privado ofrece un recorrido por la historia de la relojería desde el siglo XVI hasta nuestros días, con una colección impresionante de relojes antiguos, autómatas y piezas únicas.

El edificio que alberga el museo es una joya en sí mismo, y cada sala está cuidadosamente diseñada para resaltar la belleza y la precisión de estas obras maestras mecánicas. Además, se pueden ver los talleres donde se restauran piezas antiguas y aprender sobre la evolución de la relojería suiza, una parte fundamental del legado cultural que ver en Ginebra.

Si te interesa la historia, la tecnología o el diseño, este museo es una parada fascinante y algo diferente que hacer en Ginebra. Aunque no seas un entusiasta de los relojes, seguro que te sorprenderá la complejidad y la belleza de los objetos expuestos.

Museo Patek Philippe

Parc des Bastions y Muro de los Reformadores

Ubicado al pie del casco antiguo, el Parc des Bastions es uno de los espacios verdes más emblemáticos que visitar en Ginebra.

Este parque es perfecto para descansar, hacer un picnic o simplemente disfrutar de su ambiente tranquilo y sus esculturas. Pero su principal atractivo es el Muro de los Reformadores, un monumento dedicado a las figuras clave de la Reforma Protestante, como Calvino, Farel, Beza y Knox.

Este monumento de gran tamaño está integrado en una de las murallas originales de la ciudad y es una pieza clave para entender la historia religiosa y política de Ginebra. El parque también alberga un ajedrez gigante, una biblioteca pública y cafeterías al aire libre donde se reúnen estudiantes y locales.

Parc des Bastions y Muro de los Reformadores

Barrio de Carouge: el rincón bohemio de Ginebra

Carouge es uno de los secretos mejor guardados que ver en Ginebra. Situado al sur del centro, este barrio de inspiración mediterránea fue fundado por los saboyanos en el siglo XVIII y conserva un aire artístico y alternativo que lo hace muy especial.

Sus calles están llenas de talleres artesanales, galerías de arte, boutiques independientes y cafeterías con encanto.

Una de las mejores cosas que hacer en Ginebra es pasear por Carouge un sábado por la mañana, cuando el mercado de productos locales llena de vida la plaza principal. También puedes disfrutar de su animada vida nocturna, con bares de vinos, locales con música en vivo y una gran oferta gastronómica.

Este barrio es perfecto si buscas una experiencia diferente al típico recorrido turístico. Carouge es auténtico, creativo y acogedor.

Qué hacer en Ginebra: recorrer el Barrio de Carouge

Disfrutar de la gastronomía en Ginebra

Comer en Ginebra es mucho más que saciar el apetito: es una forma deliciosa de conocer la identidad de la ciudad.

Aquí se mezcla lo mejor de la cocina suiza con sabores internacionales, en una oferta que va desde restaurantes con estrellas Michelin hasta pequeños bistrós con encanto.

Por supuesto, no puedes irte sin probar una fondue de queso tradicional o una raclette, perfectas para los días fríos.

Si prefieres algo dulce, el chocolate suizo tiene en Ginebra un nivel superior, con chocolaterías artesanas que parecen joyerías.

La ciudad también destaca por su cocina cosmopolita. Gracias a su diversidad cultural, es fácil encontrar restaurantes libaneses, vietnamitas, italianos o africanos, todos de excelente calidad. Para una experiencia más local, puedes visitar alguno de los mercados o panaderías del barrio de Carouge, donde se mezclan productos frescos con sabores mediterráneos.

Y si eres amante del vino, estás en el lugar correcto: en los alrededores de Ginebra se producen vinos que pocas veces salen del país, así que aprovecha para probarlos allí mismo. Comer bien en Ginebra es sencillo… y todo un placer para el paladar.

Qué comer en Ginebra

Bains des Pâquis: baños, cultura y vistas

Bains des Pâquis es una península artificial, creada en el lago Lemán, que cumple las funciones de centro recreativo abierto todo el año. Aquí podrás nadar, tomar el sol, disfrutar de una fondue en invierno o asistir a conciertos y eventos culturales.

Es un lugar muy frecuentado por la gente local, lo que lo convierte en un sitio ideal para vivir la ciudad como un ginebrino más. Desde los muelles se tienen vistas privilegiadas del Jet d’Eau y del casco antiguo, y el ambiente es siempre relajado y diverso.

Los Bains des Pâquis también ofrecen saunas y baños turcos, por lo que son una excelente opción que hacer en Ginebra si quieres relajarte después de un día de turismo. Sin duda, un lugar que resume la mezcla de naturaleza, cultura y calidad de vida que define a esta ciudad suiza.

Bains des Pâquis

Artículo escrito por David Escribano, de Viajablog