Andrea Bergareche, la autora del blog “Lápiz Nómada” es una viajera guerrera que un día rompió con todas sus ataduras y se embarcó en una enorme aventura que llevaría a recorrer más de 10.000 kilómetros en solitario haciendo autostop por Sudamérica.  De esa épica travesía ya hace 5 años, pero Andrea sigue viajado e inspirando a otras viajeras y viajeros con sus ilustraciones, viajes grupales y su libro “Yo viajo sola”. Hoy tenemos el gran placer de poder charlar con ella sobre su viajes y su vida nómada.

¿Cuándo y cómo nació “Lápiz Nómada”?

Lápiz Nómada nació a principios de 2015, un mes antes de que emprendiese mi primer gran viaje sola. De alguna manera fue como un salvavidas que me permitió mantenerme a flote, dar forma a mis miedos, crear una meta, un foco, un proyecto.

Por aquel entonces yo vivía en Cancún con mi expareja. Tenía una bonita casita en un paisaje de postal, con palmeras y playas de aguas azul turquesa. Aun así, nada de eso me hacía feliz. Por eso decidí dejarlo todo y emprender un viaje. Lápiz Nómada nació como una necesidad: un lugar para narrar lo que estaba por llegar, algo a lo que agarrarme, una memoria, la parte visible del nuevo estilo de vida que estaba a punto de abrazar.

Quería narrar mis experiencias, contar cómo era viajar sola. Alimentarme de lecturas, crear comunidad. Demostrar que no era la única loca a punto de dejarlo todo para dar el gran salto: vivir viajando.

Entrevista a Andrea de Lápiz Nómada

¿Nacisteis con ese espíritu viajero o fue algo que descubristeis poco a poco?

Creo que en mi caso el espíritu viajero me viene de serie. Siempre he sido una persona muy independiente. Cuando apenas sabía andar ya trataba de irme de casa con una mochila y mis muñecas a la espalda y finalmente me fui apenas cumplí los 17 y tuve edad legal para trabajar e independizarme.

También he tenido suerte. He tenido unos padres muy viajeros que me han enseñado que para viajar no hacen falta lujos ni mucho dinero. Lo que hace falta son tiempo y ganas. Con ellos he viajado por España, Portugal y Francia en coche y tienda de campaña. Más tarde llegó la furgoneta con la que recorrimos Marruecos e incluso hice con ellos mi primer viaje al estilo mochilero, un mes en Túnez moviéndonos en transporte local.

Con 23 años, tras estudiar Bellas Artes en Ciudad de México, iniciaste un viaje de 7 meses por Sudamérica recorriendo a dedo más de 10.000 kilómetros. ¿Qué te llevó a embarcarte en algo así, dejando atrás seguramente muchos miedos?

Como decía al principio, por aquel entonces yo vivía en Cancún después de más de dos años de idas y venidas entre México y España. Aunque tenía la vida que había elegido, descubrí que el pack que nos han enseñado a desear –trabajo, casa, pareja, etc.–, no me hacía feliz. Fue entonces cuando decidí romper con todo e irme de viaje, aunque nunca imaginé que me iría 7 meses y recorrería más de 10.000km a dedo. De haberlo planeado así, seguramente nunca me hubiese animado, paralizada por los miedos.

Mi idea era volar a Buenos Aires para visitar a una amiga y de ahí, irme a Paraguay, donde tenía otro buen amigo que hacía tiempo no veía. El plan inicial era visitar únicamente esos dos países en un lapso de uno o dos meses. Ese fue el detonante, el disparador, pero una vez en Paraguay Bolivia me pareció que no estaba tan lejos. Una vez en Bolivia, Perú estaba a solo unos pocos kilómetros más. Así es como fui avanzando, sin planearlo, sin tener que enfrentar de sopetón los miedos que hubiesen aparecido si me hubiese planteado un viaje de esa envergadura al comienzo.

Entrevista a Andrea de Lápiz Nómada

¿Alguna anécdota que nos puedas contar de ese viaje?

Son muchas las anécdotas que tengo de ese viaje y es que, tanto viajar a dedo como hacer Couchsurfing te pone en contacto con gente local, te hace salir del circuito turístico y te permite conocer gente de todos los estratos sociales, de diferentes ideologías y formas de pensar. Te lleva a sitios que no hubieses ido viajando en transporte público y a rincones donde ni siquiera hay un hostal. De esta forma te encuentras curiosas situaciones, te expones a historias personales y a nombres propios que pasan a formar parte del viaje.

Creo que una de mis anécdotas favoritas es cuando terminé bebiendo chicha de jora en una chichería en las laderas de Cuzco. Era un sitio auténtico, uno de esos con un plástico rojo ondeando en la puerta para marcar el lugar. Llegué allí gracias a un artesano de la zona con el que estuve largo rato conversando. Era un sitio pequeño, un par de mesas, tres señores mayores jugando a la rana, tres bidones de chicha, paredes de concreto. Y Antonio, el señor que me sirvió un vaso de jora tamaño caldero. Había un par de niños jugando, encaramados a la única ventana. Quise tomarles una foto, pero me dio miedo romper el encanto del momento y así lo expresé. Cuando Antonio vio mi cámara él mismo quiso posar para mi lente. Tras ir a casa y volver apareció con un jersey de borrego, camisa blanca y un gran sombrero. Posó para mí vaso en mano y tras las risas de los demás, fui yo la que terminó sombrero en la cabeza posando para retratar tan pintoresco momento.

¿Cómo te marcó ese viaje?

Me hizo crecer a todos los niveles. Me dio más confianza en el mundo y en mí misma, demostrándome que soy capaz de llegar a donde me proponga. Me hizo más fuerte y más segura y me demostró que es posible vivir viajando, como hago a día de hoy.

Si no fuera por ese viaje no hubiese abierto Lápiz Nómada ni empezado mis Aventuras para mujeres guerreras. No estaría donde estoy, viviendo la vida que he construido para mí, a mi estilo, con total movilidad y libertad personal. Viajar me ha hecho más libre, más segura y más fuerte y siempre me sentiré agradecida por eso. Por haber tenido el valor de dar la espalda a los miedos y apostar por mí, por lo que me hace feliz.

Entrevista a Andrea de Lápiz Nómada

Eres una gran ilustradora y durante aquel viaje incluso te financiabas haciendo tatuajes por el camino. ¿En la actualizad sigues viajando y compaginando tu potencial creativo de alguna forma?

Aunque no me dedico a tiempo completo a ilustrar, sigo haciéndolo. Hago ilustraciones de mis viajes que voy subiendo a andreabergareche.com, mi portafolio online. También se pueden encontrar mis trabajos en @andreabergareche, la cuenta de Instagram donde voy subiendo mis ilustraciones. Y aunque ya no viajo tatuando o haciendo murales, intento que ese toque creativo siga presente en Lápiz Nómada y en mis viajes.

Ponnos en situación, Andrea. Ahora mismo… ¿Dónde estás, de dónde vienes y a dónde vas?

Ahora mismo estoy en Yogyakarta, Indonesia, donde planeo quedarme un mes quieta antes de seguir viajando un par de meses más por Indonesia. Vengo de estar recorriendo Camboya y la idea es seguir luego hacia Filipinas antes de volver a Tailandia en mayo para la tercera edición de #Tailandiaenfemenino, mi primera aventura para mujeres guerreras.

¿A qué destino le tenéis muchas muchas ganas?

Tengo muchas ganas de conocer Japón pero siento que a diferencia del resto de mi viaje, es un destino que necesito organizar con tiempo, ya que viajar por Japón puede llegar a ser muy caro. Quizás vaya un par de semanas en junio, pero ya me iré organizando.

Y de los que ya conoces ¿cuál es tu top 3 y sus motivos?

En mi top 3 siempre estará México, un país que siento como mi segunda casa por la calidez de su gente, por la similitud de su cultura y por lo contento que se pone mi estómago ante el olor de unos tlacoyos de haba o unas buenas enchiladas. También me gusta mucho Bolivia porque siento que es un país auténtico, que aún no está tan explotado como su vecino Perú. Me fascina la figura de las cholitas, la fuerza que tienen esas mujeres. Otro país que guardo con mucho cariño es Vietnam, disfruté mucho recorriéndolo en moto hace un par de años. Y a mi top 3 le sumaría India, un país que aunque en su día me dejó agotada, tengo ganas de volver.

Entrevista a Andrea de Lápiz Nómada

En 2019 “diste a luz” un enorme proyecto que seguro está inspirando a muchas mujeres a viajar ¿Qué podemos encontrar en tu libro “Yo viajo sola”? ¿Qué te llevó a lanzarte a su creación?

Yo viajo sola es un libro bellamente ilustrado en el que se pueden encontrar consejos para emprender un primer viaje en solitario. Está dividido en dos grandes bloques o aspectos: el emocional y el práctico. Por un lado tenemos consejos para enfrentar los miedos que nos han enseñado, todos esos temores que surgen a la hora de plantearnos hacer un viaje sola. Por el otro encontramos recursos para preparar el viaje y para llevarlo a cabo, así como ejercicios y herramientas para disfrutarlo al máximo.

Lo escribí pensando en la Andrea que era hace más de 5 años, cuando estaba planeando emprender aquel gran viaje. Me recuerdo aterrorizada, buscando información en internet, unas palabras de apoyo, el ejemplo de otras viajeras que me convencieran de que ni estaba sola ni estaba loca. Es el libro que me hubiese gustado leer por aquel entonces con todos los consejos y los recursos que he aprendido tras 5 años de viaje en solitario a mis espaldas y más de 30 países recorridos. Una guía paso a paso para encarar un viaje sola, sea cual sea tu punto de partida o el destino que quieras visitar.

La verdad es que es un sueño cumplido ver mi libro en las estanterías de La casa del libro o de La FNAC y sobre todo, recibir mensajes de mujeres que, gracias a Yo viajo sola, han emprendido viajes que llevaban tiempo soñando hacer.

Otro de tus grande proyecto es “Tailandia en Femenino”. Háblanos un poco de qué se trata y los motivos que te llevaron empezar esta nueva aventura.

Tailandia en femenino es un sueño loco que me ha hecho muy feliz, que me ha permitido abrirme, darme, enseñar y compartir. Es una idea que empezó a germinar hace más de un año y a la que estuve dándole vueltas muchos meses, antes de atreverme a llevarla a cabo.

Tailandia en femenino es mi primera aventura para mujeres guerreras, mi primer viaje grupal. En él recorremos Tailandia durante dos semanas al mejor estilo mochilero, durmiendo en hostales y moviéndonos en transporte local. No es el típico organizado, un paquete con todo incluido. Al contrario, aquí la ruta es sorpresa y está totalmente abierta. Las decisiones las vamos tomando en grupo, para aprender las herramientas para viajar sola, para ponerlas en práctica.

Es un proyecto dedicado únicamente a mujeres, a mujeres que quieren viajar solas pero les falta ese último empujón. Y es hermoso, es hermoso lo que se genera. Es algo que no había imaginado antes de llevarlo a cabo. La energía tan potente, la hermandad, el apoyo y el amor de hermanas. Sin duda es un proyecto que me ha hecho abrirme y me ha dado mucho a todos los niveles. Ya estoy planeando nuevos destinos para seguir compartiendo mis viajes y aventuras con mujeres fuertes, mujeres guerreras e intrépidas que quieran vivir con libertad.

¿Viajas con seguro de viaje? ¿Por qué?

¡Claro! A veces puedo ser un poco inconsciente pero no tanto, aunque reconozco que en mi primer viaje partí sin contar con un seguro. Un mes y medio después de darme un fuerte golpe que me dejó un dedo hinchado y morado y sufrir una conjuntivitis contraté un seguro de viajes y desde entonces, no he vuelto a viajar sin seguro.

Y menos mal, porque lo cierto es que he tenido que usarlo más veces de las que me hubiese gustado. Al final la salud es lo más importante que tenemos y no es plato de buen gusto enfermarse estando sola y lejos de casa, por eso sentir que alguien cuida de ti es vital para mí.

¿Has necesitado en alguna ocasión asistencia médica en viaje o has tenido problemas con el equipaje?

He necesitado asistencia médica más veces de las que desearía y es que lo cierto es que este viaje está siendo un poco accidentado. Todo empezó hace ya más de 4 meses cuando tuve la mala suerte de que un mosquito me picase durante mi viaje por Birmania. No suelo gustarles mucho a los mosquitos pero con esa picadura me tocó el premio gordo, o lo que es lo mismo, el chikungunya. Un virus similar al dengue pero que deja secuelas en forma de artritis durante largos meses. A día de hoy sigo con dolores en las articulaciones que desconozco cuándo van a desaparecer.

Entrevista a Andrea de Lápiz Nómada

Por si fuera poco, también me fisuré un dedo del pie unas semanas más tarde y tuve que volver al hospital a que me hiciesen rayos X. A eso hay que sumarle algunos resfriados e infecciones estomacales sin importancia. Solo espero haber cumplido el cupo para al menos los seis meses siguientes porque a este paso voy a conocer todos los hospitales de los destinos que visito. La suerte es que viajo con IATI quien siempre se ha hecho cargo al momento.

¿Qué te gustaría decir a quienes no se han lanzado a descubrir el mundo?

Que el mejor momento es ahora. Que nunca va a haber mejores circunstancias. Nunca vamos a ser más jóvenes ni más fuertes. Viajando se aprende. Así que lo mejor es dejar de ponernos excusas pensando que quizás mañana tendremos más dinero o más tiempo. Para viajar no hace falta ser millonaria ni contar con mil y un herramientas y, cuantas más vueltas le des, más alimentarás los miedos. Lo mejor es animarse y lo demás irá llegando.