Viajar a Venecia es adentrarse en una mezcla hipnotizante de historia, arte, cultura y romanticismo. Cada rincón de la ciudad parece diseñado para sorprenderte: desde majestuosas plazas y palacios góticos hasta pequeñas iglesias y encantadores cafés donde el tiempo parece detenerse.
Tanto si es tu primera vez como si ya has estado antes, siempre hay nuevas maravillas que descubrir. Te vamos a contar qué hacer en Venecia para aprovechar al máximo tu estancia. Desde los clásicos que no pueden faltar en tu itinerario, hasta pequeños secretos que solo los viajeros curiosos logran encontrar, prepárate para enamorarte de la ciudad de los canales. ¡Empezamos!
Contenidos
- 1 1. Plaza de San Marcos: el corazón de Venecia
- 2 2. Basílica de San Marcos: arte y espiritualidad en cada rincón
- 3 3. Palacio Ducal: el poder de la Serenísima
- 4 4. Gran Canal: la autopista de agua
- 5 5. Puente de Rialto: historia y vistas de postal
- 6 6. Murano y Burano: dos joyas a orillas de la laguna
- 7 7. Pasear en góndola: el icono romántico de Venecia
- 8 8. Dorsoduro: arte, tranquilidad y vida local
- 9 9. Vivir el Carnaval de Venecia: un viaje en el tiempo
- 10 10. Perderse por el laberinto de Venecia
1. Plaza de San Marcos: el corazón de Venecia
Cuando te preguntas qué ver en Venecia, es inevitable pensar en la majestuosa Plaza de San Marcos, considerada una de las plazas más hermosas del mundo.
Este espacio monumental es el auténtico centro social, religioso y político de la ciudad desde hace siglos. Rodeada por imponentes edificios como la Basílica de San Marcos, el Campanile y el Palacio Ducal, es una parada obligatoria en Venecia.
Además de su valor arquitectónico, la Plaza de San Marcos es famosa por su animado ambiente. Aquí podrás disfrutar de los músicos tocando en las terrazas de los históricos cafés como el Florian y el Quadri, ambos testigos de siglos de historia. Al amanecer, cuando los turistas aún duermen, la plaza ofrece una experiencia casi mágica, con la luz dorada iluminando los mosaicos de la basílica.
2. Basílica de San Marcos: arte y espiritualidad en cada rincón
Este templo es un compendio de arte bizantino, gótico y renacentista, reflejo del poder que tuvo Venecia en su época dorada.
La fachada de la basílica de San Marcos, adornada con brillantes mosaicos dorados, esculturas y columnas traídas de Oriente, ya promete una experiencia inolvidable.
El interior no decepciona: más de 8.000 metros cuadrados de mosaicos dorados cubren techos y paredes, creando una atmósfera de espiritualidad única. No te pierdas el Pala d’Oro, un retablo de oro y piedras preciosas que deslumbra por su belleza y detalle. Además, puedes subir a la terraza de la Basílica para obtener una de las mejores vistas panorámicas de la Plaza de San Marcos.
La entrada a la Basílica es gratuita, aunque para visitar algunas zonas especiales hay que pagar. Te aconsejamos que reserves tu entrada online para evitar las largas colas, especialmente en temporada alta.
3. Palacio Ducal: el poder de la Serenísima
Si te preguntas qué hacer en Venecia para entender su gloriosa historia, visitar el Palacio Ducal es una parada obligada.
Este impresionante edificio gótico fue durante siglos el centro de poder de la República de Venecia. Desde aquí, el Dux y los altos cargos gobernaban uno de los imperios comerciales más poderosos del mundo.
Al recorrer sus salones, te maravillarás con los impresionantes frescos de artistas como Tintoretto y Veronés, y conocerás los entresijos del antiguo sistema judicial veneciano. Las salas de gobierno, las armerías y las prisiones te trasladarán a una época de intrigas y poder político.
Además, podrás cruzar el mítico Puente de los Suspiros, que unía los tribunales con las prisiones, y cuyo nombre hace referencia a los suspiros de los prisioneros al ver la ciudad por última vez.
4. Gran Canal: la autopista de agua
Navegar por el Gran Canal es uno de los imprescindibles que hacer en Venecia.
Este majestuoso canal en forma de S divide la ciudad en dos y está flanqueado por más de 170 edificios históricosque atestiguan la riqueza de las antiguas familias venecianas.
Una de las mejores formas de recorrer el Gran Canal es a bordo de un vaporetto, especialmente la línea 1, que navega despacio permitiendo admirar joyas arquitectónicas como el Ca’ d’Oro o el Palacio Grassi.
El Gran Canal ofrece diferentes perspectivas según la hora del día: a plena luz, sus colores vibran intensamente; al atardecer, todo adquiere un matiz dorado que parece salido de una pintura de Canaletto.
5. Puente de Rialto: historia y vistas de postal
Entre los grandes clásicos que debes considerar al pensar en qué ver en Venecia está el Puente de Rialto.
Se trata del puente más antiguo que cruza el Gran Canal y uno de los símbolos más fotografiados de la ciudad. Su construcción, que data del siglo XVI, fue una auténtica hazaña de ingeniería para la época, y su elegante arco de piedra blanca es aún hoy un testimonio del ingenio veneciano.
El puente no solo es un lugar de paso: en su interior encontrarás pequeñas tiendas de joyería, souvenirs y artesanía típica. Desde él, las vistas del Gran Canal, con las góndolas y vaporettos deslizándose entre palacios antiguos, son sencillamente mágicas. Tanto de día como de noche, es un lugar perfecto para tomar algunas de las mejores fotos de tu viaje.
Además, muy cerca del puente se encuentra el animado Mercado de Rialto, ideal para conocer el lado más auténtico de la vida veneciana. Si te preguntas qué hacer en Venecia para vivir su ambiente cotidiano, caminar entre los puestos de frutas, verduras y pescado fresco será toda una experiencia. Recuerda ir temprano para presenciarlo en su máximo esplendor.
6. Murano y Burano: dos joyas a orillas de la laguna
Visitar las islas de Murano y Burano es una de las mejores excursiones que hacer en Venecia. Llegar a ellas es muy sencillo: basta tomar un vaporetto desde Fondamente Nove y en pocos minutos estarás en otro mundo.
Murano es famosa por su tradición vidriera que se remonta al siglo XIII. Aquí podrás visitar talleres donde los artesanos siguen utilizando técnicas ancestrales para crear piezas de cristal soplado únicas en el mundo. Muchos talleres ofrecen demostraciones gratuitas, y visitar el Museo del Vidrio de Murano es altamente recomendable para entender esta fascinante tradición.
Burano, por su parte, conquista con su explosión de colores. Sus casas, pintadas de tonos vibrantes, se reflejan en los estrechos canales creando una atmósfera casi irreal. Además, la isla es conocida por su encaje artesanal, un arte que también puedes ver en vivo en algunas tiendas locales.
7. Pasear en góndola: el icono romántico de Venecia
Si te preguntas qué ver en Venecia de una forma especial, un paseo en góndola te permitirá descubrir pequeños rincones ocultos, puentes secretos y fachadas antiguas que solo son visibles desde el agua.
Aunque hoy en día pueda parecer una actividad muy turística, navegar en una góndola sigue siendo una de las experiencias más románticas que hacer en Venecia. Sobre todo, si viajas en pareja.
Estas embarcaciones tradicionales, manejadas con maestría por gondoleros vestidos con camisetas a rayas, te ofrecen una perspectiva única de la arquitectura y la historia veneciana.
Los paseos suelen durar unos 30 a 40 minutos y pueden realizarse por los canales más tranquilos o por el majestuoso Gran Canal. Algunos gondoleros incluso ofrecen serenatas, creando un ambiente aún más mágico. Es importante saber que las tarifas están reguladas, aunque siempre es recomendable acordar el precio antes de comenzar el recorrido.
8. Dorsoduro: arte, tranquilidad y vida local
Cuando te preguntas qué hacer en Venecia si buscas un ambiente menos turístico y más auténtico, el barrio de Dorsoduro es la respuesta. Situado en la parte sur de la ciudad, Dorsoduro combina calles tranquilas, canales serenos y una gran riqueza cultural.
Aquí se encuentran importantes museos como la Gallería dell’Accademia, hogar de una de las mejores colecciones de arte veneciano del mundo, y la Colección Peggy Guggenheim, que reúne obras de grandes artistas del siglo XX en una antigua residencia palaciega frente al Gran Canal. Para los amantes del arte, Dorsoduro es un auténtico paraíso.
Pero Dorsoduro también encanta por su atmósfera relajada. Pasear por el Campo Santa Margherita, frecuentado por locales y estudiantes, te permitirá ver la Venecia real, lejos de los focos turísticos. Al atardecer, la zona de la Punta della Dogana ofrece unas vistas espectaculares del Canal de la Giudecca y la Basílica de San Giorgio Maggiore.
Uno de los momentos más mágicos para viajar a Venecia es durante su famoso Carnaval, una celebración única que transforma la ciudad en un escenario de fantasía.
Durante estas fechas, las calles, plazas y canales se llenan de máscaras entre bellas e inquietantes, trajes de época y espectáculos callejeros que recrean el esplendor de la Venecia del siglo XVIII.
El corazón del Carnaval se encuentra en la Plaza de San Marcos, donde se celebran concursos de disfraces, desfiles y actuaciones musicales. Sin embargo, uno de los mayores encantos es perderse entre las callejuelas y descubrir pequeños eventos, bailes de máscaras privados y procesiones en góndola iluminadas por farolillos.
El ambiente es absolutamente mágico: entre nieblas, luces y música barroca, sentirás que has viajado en el tiempo. Si te preguntas qué ver en Venecia en febrero, el Carnaval no solo es una respuesta, sino una experiencia que justifica por sí sola el viaje. No olvides llevar tu propia máscara o alquilar un traje tradicional para sumergirte por completo en esta fiesta irrepetible.
10. Perderse por el laberinto de Venecia
Si buscas la mejor respuesta a la eterna pregunta de qué hacer en Venecia, nuestro último consejo es sencillo: ¡piérdete! Más allá de sus monumentos famosos, la verdadera magia de Venecia reside en su capacidad para sorprenderte a cada paso.
Caminar sin rumbo por sus calles estrechas y cruzar pequeños puentes te permitirá descubrir iglesias solitarias, plazas escondidas, talleres artesanales y pequeños cafés donde los venecianos siguen su ritmo cotidiano. Algunas zonas, como el barrio de Castello o la Giudecca, son ideales para explorar sin un mapa y dejarte llevar por la intuición.
Además, perderte en Venecia es seguro y cada rincón ofrece su propia belleza. Encontrarás lugares fotogénicos que no aparecen en las guías turísticas, y vivirás la ciudad de una forma mucho más auténtica.
Recuerda que viajar a Venecia es también sumergirte en su ritmo, escuchar el sonido del agua golpeando suavemente las piedras y descubrir la esencia de una ciudad que parece haber sido creada para ser explorada lentamente.
Artículo escrito por David Escribano, de Viajablog








