Si consigues disfrutar a fondo de las muchas cosas que ver en Salvador de Bahía, te marcharás de esta apasionante urbe brasileña con la sensación de que sus habitantes han encontrado el secreto para vivir la vida al máximo.
Y es que, la cuarta ciudad más grande de Brasil, en la que habitan más de 2,2 millones de almas, atrapa a los viajeros por su calor – tanto el físico como el abstracto -, su multiculturalidad, su aire decadente – pero, a su vez, increíblemente vivo -, su carnaval, su música, sus playas, sus monumentos y, sobre todo, su gente.
Desde IATI, te recomendamos que pases al menos cinco días en la antigua capital de Brasil. Hay tantas cosas que hacer en Salvador de Bahía, que dedicarle menos tiempo sería una auténtica pena.
Si no nos crees, te lo demostramos a continuación:
Contenidos
- 1 El Pelourinho, corazón de Salvador de Bahía
- 2 Playa de Porto de Barra
- 3 La casa de Jorge Amado
- 4 Mercado Modelo de Salvador de Bahía
- 5 Gastronomía ‘baiana’
- 6 Iglesias de Salvador de Bahía
- 7 Carnaval de Salvador de Bahía
- 8 El barrio de Río Vermelho
- 9 Elevador Lacerda, el primer elevador urbano del mundo
- 10 Excursión a Ilha dos Frades
El Pelourinho, corazón de Salvador de Bahía
El barrio, o distrito, bahiano conocido con el nombre de Pelourinho – llamado cariñosamente “Pelou” por los soteropolitanos, gentilicio aplicado a los habitantes de Salvador que proviene de la traducción al griego del nombre de la ciudad – puede ser considerado como el lugar donde comenzó todo.
Fue allí, con unas vistas privilegiadas a las aguas del océano Atlántico, donde los portugueses comenzaron a construir São Salvador da Bahia de Todos os Santos en 1549.
Pelourinho se convirtió en el centro administrativo y comercial de Salvador y, por ende, del imperio americano que los portugueses consiguieron labrarse. Allí se controlaban los movimientos de mercancías y, también, de los esclavos traídos de África. De hecho, estos eran castigados, con cierta frecuencia, públicamente en el barrio.
Para ello, eran atados a un poste y azotados ante la mirada de los curiosos. Esos postes recibían el nombre de ‘pelourinhos’.
A pesar del origen oscuro de su nombre, Pelourinho es un lugar que rebosa color y vida en la actualidad.
Durante los siglos XVII y XVIII, época esplendorosa del Brasil colonial, aquí se construyeron mansiones, decenas de esplendorosas iglesias y un sinfín de ostentosos edificios. A finales del siglo XIX comenzó el declive, que se vio intensamente acentuado a mediados del siglo XX.
Finalmente, a mediados de los años 80 del pasado siglo, el Pelourinho fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se invirtieron grandes cantidades de dinero para rehabilitarlo.
Hoy en día, caminar por sus calles adoquinadas, a las que se asoman bonitas casas de coloridas fachadas, nos transmite un cúmulo de sensaciones placenteras.
Aquí encontrarás una muestra de todas las mejores cosas que hacer en Salvador de Bahía. Podrás participar en alguna de las muchas escuelas musicales, probar la comida bahiana en cualquiera de sus restaurantes, ir de tiendas, asistir a un espectáculo callejero de capoeira… Y mucho más.
Es el corazón de Salvador, y en él se mezcla la gente local con los turistas por igual. No hay distinción y se puede sentir el calor y la pasión en cada esquina.

Playa de Porto de Barra
Para rebajar ese calor que emana de las calles del ‘Pelou’, una buena idea es acercarse a una de las mejores playas urbanas que ver en Salvador de Bahía: la playa de Porto de Barra.
Entre las decenas de arenales que protagonizan los 50 kilómetros de costa de Salvador de Bahía es muy complicado elegir uno, pero este es una gran opción por su gran carácter local y su cercanía al centro de la ciudad.
Porto de Barra tiene unos 600 metros de longitud y su anchura, determinada por las mareas, varía entre 20 y 40 metros. Es decir, es una playa pequeña, pero ya se sabe que las mejores esencias a menudo vienen en frascos pequeños.
Sus aguas son limpias y la gente local practica muchos deportes, tanto acuáticos – natación, paddle surf o kayaking – como en la arena, donde verás decenas de balones en el aire. Además, los amantes del buceo podrán encontrar pecios hundidos a escasa distancia de la arena.
La vida que emana la playa es, como todo en Salvador, muy intensa. Aquí verás a grupos de amigos, parejas y familias mezclándose por igual. Casi todos ellos habrán traído comida y bebida – con un buen número de caipiriñas siendo preparadas allí mismo – y disfrutarán del día hasta que se reúnan para aplaudir al sol cuando se oculte bajo las aguas del inmenso Atlántico.

La casa de Jorge Amado
El escritor brasileño, Jorge Amado, miembro de la Academia Brasileña de las Letras, siempre estuvo enamorado de Salvador, lugar donde murió en 2001.
Su magnífica obra ha sido traducida a 49 idiomas y publicada en 55 países, creándose adaptaciones para cine, teatro y televisión.
Además, siempre fue un gran filántropo y quiso ayudar a los jóvenes ‘baianos’ más necesitados.
Para acercarte a su mundo creativo, una de las mejores cosas que hacer en Salvador de Bahía es visitar su antigua casa de Rio Vermelho, uno de los barrios más bohemios de la ciudad.
En ella habitó el escritor con su compañera, Zélia Gattai, también escritora y fotógrafa. Posee un precioso jardín – en el que se depositaron las cenizas de Jorge y Zélia -, y en su interior encontrarás un hogar decorado con mucha imaginación y alegría, que sirvió de punto de encuentro a artistas de la talla de Sartre, Neruda o Simone de Beauvoir.
Más de 30 horas de proyecciones, vídeo y audios, y un buen número de objetos personales de los escritores te dan una buena idea de lo que fue su mundo.

Mercado Modelo de Salvador de Bahía
Si eres de los que suelen llevarse un recuerdo de los lugares que visitan, entonces te parecerá que el Mercado Modelo es, sin lugar a dudas, uno de los mejores lugares que ver en Salvador de Bahía.
En el interior de un edificio construido en el siglo XIX y situado a los pies del Pelourinho, encontrarás centenares de puestos en los que se ofrecen todo tipo de artesanías locales. Máscaras de madera, ropas, zapatos, bisutería, joyería, complementos, cuadros, chocolate, cachaza y otras muchas cosas más están esperando a tener un nuevo dueño.
Además, también hay un buen número de restaurantes y bares donde probar la deliciosa comida bahiana.

Gastronomía ‘baiana’
Seas ‘foodie’ o no, una de las mejores cosas que hacer en Salvador de Bahía es disfrutar de su fantástica gastronomía.
Salvador es famosa por sus ricas tradiciones culinarias, influenciadas por las culturas africana, brasileña y portuguesa.
Estas son algunas de las delicias que ofrece:
–Moqueca de Peixe o Moqueca de Camarão: se trata de un guiso tradicional de pescado o camarones, cocinado en leche de coco, aceite de palma, tomates, cebollas, ajo y varias especias. A menudo se sirve con arroz y farofa (harina de yuca tostada).
–Acarajé: una comida callejera popular hecha con bolas fritas de puré de guisantes sazonadas con cebolla y sal, típicamente rellenas con camarones, vatapá (una rica pasta hecha de pan, camarones, leche de coco y especias) y salsa de pimienta picante.
–Xinxim de Galinha: es un plato tradicional afrobrasileño originario de Bahía, elaborado con pollo cocido en una salsa cremosa de pasta de cacahuete, leche de coco, aceite de palma, cebolla, tomate y especias.
–Feijoada Baiana: se trata de una variación del plato nacional de Brasil. Por lo general, incluye frijoles negros guisados con carne de cerdo, salchichas, ternera y varios cortes de carne, condimentados con cebolla, ajo y especias. Se sirve con arroz, col rizada, rodajas de naranja y farofa.
Un buen lugar para degustar cualquiera de estos platos es Casa de Tereza, donde la fantástica chef Tereza Paim – de reconocida fama internacional – cocina platos inolvidables en un restaurante donde la decoración está a la par de la calidad de la comida.
Iglesias de Salvador de Bahía
Existen más de 350 templos que ver en Salvador de Bahía. Casi se puede decir que aquel que quiera ir a misa en la ciudad, puede asistir cada día a una iglesia distinta.
De entre ellas, destacan la Catedral Basílica de San Salvador, una magnífica joya barroca del siglo XVI; la iglesia de Nossa Senhora do Rosàrio dos Pretos, fundada en el siglo XVIII por esclavos negros a los que no se les permitía rezar en las iglesias de los blancos; y la de Nosso Senhor do Bonfim, quizá la más importante de todas y donde se mezclan elementos católicos y candomblé, la religión de África Occidental que trajeron los esclavos a Brasil.

Si te gusta la fiesta, la intensidad, el calor, el colorido y la música, el mejor espectáculo que ver en Salvador de Bahía es su carnaval, famoso en el mundo entero.
Todos los soteropolitanos esperan al Carnaval con auténtica devoción. Aunque suele luchar con el de Río de Janeiro por ser el mejor de Brasil, el de Salvador es mucho más popular, pues la fiesta grande no se limita a un sambódromo, sino que toma todas las calles de la ciudad y está abierto a todo el mundo.
El alma del Carnaval de Salvador de Bahía la componen los blocos, asociaciones de gente que participan en los desfiles, acompañados de bailarines, orquestas, batucadas y un sinfín de otros ‘atrezzos’.
Otros protagonistas son los ‘tríos eléctricos’, camiones y autobuses sobre los que hacen equilibrio grupos musicales que no dejan de regalar ritmo a los millones de personas que atestan las calles de la urbe.

El barrio de Río Vermelho
Si estás buscando un lugar donde tomarte algo con un buen ambiente, el barrio de Rio Vermelho debe figurar entre tu lista de lugares que ver en Salvador de Bahía.
Conocido por su vibrante atmósfera, su rico patrimonio cultural y su impresionante costa, Rio Vermelho atrae tanto a lugareños como a turistas con su variedad de restaurantes, bares y reclamos culturales.
El nombre del barrio deriva de la tonalidad roja que adquieren las aguas durante determinadas épocas del año, provocado por los sedimentos arcillosos de los acantilados cercanos.
Rio Vermelho es el punto bohemio de la ciudad. Aquí viven artistas, músicos e intelectuales, lo que contribuye a su ambiente dinámico y ecléctico.
El barrio es famoso por su animada vida nocturna, particularmente a lo largo de Rua João Gomes y Rua da Paciência, donde hay muchos bares en los que disfrutar de música en vivo, saborear la cocina tradicional de Bahía y experimentar la energía de la escena local.
Además, aquí encontrarás lugares como la Iglesia de Bonfim, la casa de Jorge Amado y la Casa de Iemanjá, un templo dedicado a la diosa afrobrasileña del mar, reflejando la diversidad cultural y el significado espiritual del vecindario.

Elevador Lacerda, el primer elevador urbano del mundo
Otra de las mejores cosas que hacer en Salvador de Bahía es subirse al elevador Lacerda.
Construido en 1873, conecta la parte baja y alta de la ciudad, que están divididas por un escarpado acantilado. El ascensor lleva el nombre del ingeniero que lo creó, Antônio de Lacerda, y fue el primer ascensor urbano del mundo.
Desde una altura de algo más de 70 metros, podrás disfrutar de unas impresionantes vistas panorámicas del Pelourinho y la bahía de Todos los Santos.
Su distintivo diseño Art Déco y su fachada amarilla lo convierten en una característica destacada en el perfil de la ciudad. Realmente, no es sólo un monumento, sino que sigue siendo muy utilizado tanto por la gente local como por los viajeros, ya que conecta el Mercado Modelo – en la parte inferior – con el ‘Pelou’.

Excursión a Ilha dos Frades
Si, tras unos días, ya has disfrutado de la mayoría de cosas que ver en Salvador de Bahía y te apetece alejarte del bullicio y el calor de la ciudad, te recomendamos que hagas una escapada a la fascinante Ilha dos Frades.
Esta preciosa ínsula se halla justo en el medio de la bahía de Todos los Santos. Su nombre proviene de los sacerdotes cristianos que desembarcaron en la isla para tratar de evangelizar a los Tupinambás, la etnia que habitaba en ella.
El resultado no fue el esperado, pues, según cuenta la leyenda, los frailes fueron devorados por sus posibles discípulos.
Alejándonos de historias macabras de otros tiempos, Ilha dos Frades es un auténtico paraíso terrenal. Allí encontrarás fantásticas playas, como la de Ponta da Nossa Senhora de Guadalupe; salvajes parches de bosque atlántico; iglesias (cómo no); buenos puntos de buceo, donde observar la colorida fauna marina; y estupendos restaurantes donde saborear la cocina bahiana.
Cuando te dirijas al aeropuerto para regresar a casa, te darás cuenta de que Salvador de Bahía, el corazón palpitante de Brasil, habrá dejado huella en ti.

Artículo escrito por David Escribano, de Viajablog