Motivos para viajar a Uzbekistán hay muchos, atractivos turísticos no le faltan a este gran país de Asia central. Lugares emblemáticos de la Ruta de la Seda que son Patrimonio de la Humanidad, grandes fortalezas, arquitectura exquisita, gastronomía deliciosa y gente increíblemente hospitalaria. Así que ten por seguro que este país te va a encantar. Para que prepares tu viaje, IATI Seguros médicos de viaje quiere facilitarte la planificación con un completo itinerario de 10 días de viaje a Uzbekistán que te va a ser de gran utilidad.

Día 1 y 2 – Vuelo lugar de origen – Tashkent

Tashkent, la capital de Uzbekistán, es una ciudad factible de ver en un solo día. Para empezar a sumergirte en la cultura uzbeka, te recomendamos acercarte al Chorsu Bazar, su bazar más grande. Es el lugar idóneo para ver el trajín diario de la ciudad y punto de encuentro de mujeres y hombres. Después puedes visitar el Complejo de Hazrat Imam, el centro religioso más importante de la ciudad, una belleza de lugar. Ya por la tarde ir paseando a la Plaza Amir Temur, donde se encuentra la gran estatua del gran conquistador Amir Temur y el famoso Hotel Uzbekistán y acabar el día en el Parque Navoi, el lugar donde los uzbekos pasan el tiempo libre.

Itinerario viajar a Uzbekistan

Día 3 – Tashkent – Khiva

Para empezar nuestro viaje por Uzbekistán escogemos la ciudad más alejada de la ruta turística, Khiva. Para ello, nos desplazaremos desde Tashkent hasta Urgench en avión y de allí en taxi a la ciudad de Khiva.

Una vez llegados e instalados cerca de la zona amurallada de Khiva (Ichon-Qala), donde se encuentran todos los puntos importantes de esta ciudad, ya podemos visitarla. Sus mezquitas, madrazas, minaretes y palacios te van a dejar con la boca abierta. Entrando por la Puerta Oeste de la muralla está el Kalta Minor, el símbolo de Khiva, el gran minarete de colores azulados más fotografiado de toda la ciudad por su espectacularidad. Muy cerca, está la Mezquita Juma, con decenas de columnas de madera talladas de distintas épocas.

Te contamos un secreto: desde lo alto de la torre Oq Shihbobo se tienen las mejores panorámicas de Khiva, así que lo ideal es acabar el día viendo una puesta de sol desde allí.

Día 4 – Khiva

El segundo día de nuestra estancia en Khiva veremos los lugares por fuera y por dentro: el Minarete Islam Khodja, con más de 50 metros de altura, es uno de los iconos a los que se puede subir y tener otra perspectiva de la ciudad. ¡Aunque piensa que hay más de 100 escalones para subir! Más tarde puedes pasear por el Palacio Tash Hovli, un lugar de ensueño con su patio lleno de increíbles azulejos en las paredes, y visitar el Mausoleo de Said Allauddin cuando sea la hora del rezo, toda una experiencia.

Minarete Islam Khodja

Día 5 – Khiva – Bukhara

Nos vamos de Khiva en autobús para ver a su hermana mayor, Bukhara, la gran joya de Uzbekistán. Créenos, cuando llegues pensarás que estás dentro del cuento de las “Mil y una noches”. Las cúpulas y minaretes azulados de sus mezquitas al caer el sol de la tarde son hipnóticas, así que recomendamos estar aquí tres días, para conocerla a fondo. El día de llegada, lo ideal es acercarse al Complejo Poi Kalon, un lugar al que vas a volver cada día por ser el más simbólico y atrayente de Bukhara. Allí encontramos el Minarete Kalon, la Madrasa Mir-i-Arab y la Mezquita Kalon.

Complejo Poi Kalon

Día 6 – Bukhara

Como es una ciudad fácil de visitar caminando, daremos un paseo hasta Ark, su gran fortaleza, de la que hoy en día solo podemos ver un 20% de las murallas originales.  Muy cerca de la fortaleza está la Mezquita Bolo Khauz, con un exterior lleno de columnas y techos delicadamente decorados. Poesía artística pura.

Pero si hay un edificio curioso en Bukhara este es el Chor Minor, una madraza de tamaño pequeñísimo con cuatro torres azules a la que se puede subir previo pago. No te arrepentirás de caminar un poco más allá de la zona más turística para verla.

Chor Minor en Uzbekistán

Día 7 – Bukhara

El último día en Bukhara te recomendamos tomar un taxi para ir a ver el Palacio de verano del Emir, que se encuentra en las afueras de la ciudad, para después volver al Complejo Poi Kalon y pasear por última vez por la plaza, respirar el ambiente relajado o ver sus vistas desde alguna terraza de restaurante que hay en las inmediaciones. Te será difícil no fotografiarla cien veces. Es hora de movernos en autobús para ir a otro lugar icónico, Samarcanda.

Día 8 – Samarcanda

Samarcanda es una ciudad con amplias avenidas al más puro estilo soviético, así que ha cambiado un poco desde que pasó Marco Polo. Aun así tiene mucho por ver. El primer día que uno llega a la ciudad quiere ver el lugar más emblemático de la ciudad y del país: la famosa Plaza Registán, lugar mítico de la Ruta de la Seda. La forman tres grandes madrazas Tilya-kori Madrasah, Ulugh Beg Madrasah y Sher-Dor Madrasah, todas ellas bellísimas.

Plaza Registán

Tras ver el icono del país, iremos al Mausoleo Tamerlán, el conquistador de gran parte de Asia Central, el Mausoleo Gur-er-Amir, y la Necrópolis de Shah-i-Zinda. Se trata de un conjunto de mezquitas, madrazas y 18 mausoleos con tantos tonos de azules que no serías capaz de imaginar. Muy cerca de la necrópolis está la Mezquita Hazrat-Hizr, preciosa por los trabajos en madera y las vistas que hay desde allí de la ciudad.

Día 9 – Samarcanda – Tashkent

El último día en la ciudad visitaremos La mezquita Bibi Khanym, la que fue en su día la mezquita más importante del mundo islámico. Se dice que la mandó construir la esposa de Tamerlán para sorprenderlo, pero en realidad fue él quien la mandó construir con el dinero que saqueaba en los lugares conquistados.

Casi a mediodía, antes de tomar el bus de vuelta para Tashkent, la capital del país, no está de más volver a la Plaza Registán, para recordar ese mítico lugar en nuestra retina.

mezquita Bibi Khanym

Día 10 – Tashkent – vuelo lugar de origen

Si haces esta ruta habrás visto los principales atractivos del país, aunque en Uzbekistán donde existen otras zonas muy interesantes para visitar,  como el Valle de Fergana (al este del país) o Moinaq y el Mar de Aral (al oeste). Seguramente sea la excusa perfecta para volver.

Artículo escrito por Celia López de Quaderns de Bitàcola