Entre las muchas cosas que ver en Santorini, su singular arquitectura de casas blancas con cúpulas azules, su origen volcánico, su rica historia y las impresionantes vistas al mar Egeo son los principales culpables de que sea una de las islas más famosas, no sólo de Grecia, sino de toda Europa.
Desde románticos atardeceres hasta playas volcánicas, viñedos tradicionales y yacimientos arqueológicos fascinantes, esta isla tiene algo que ofrecer a cada viajero. Si estás planeando tu próximo viaje y te preguntas qué ver en Santorini, te ayudamos con estos buenos planes:
Contenidos
- 1 1. Explorar el pintoresco pueblo de Oia
- 2 2. Visitar la caldera de Santorini
- 3 3. Pasear por Fira, la vibrante capital de la isla
- 4 4. Relajarse en las playas volcánicas de Perissa y Kamari
- 5 5. Probar los vinos locales en una bodega tradicional
- 6 6. Hacer una caminata desde Fira hasta Oia
- 7 7. Visitar las icónicas iglesias de cúpulas azules
- 8 8. Explorar el pueblo tradicional de Pyrgos
- 9 9. Ver la famosa Playa Roja
- 10 10. Disfrutar de una cena al atardecer con vistas a la caldera
1. Explorar el pintoresco pueblo de Oia
Cuando se trata de qué ver en Santorini, Oia es, sin lugar a dudas, uno de los lugares imprescindibles.
Este pintoresco pueblo, ubicado en el extremo norte, es conocido por su encanto único y sus vistas de ensueño. Sus estrechas callejuelas, flanqueadas por casas encaladas y cúpulas azules, ofrecen una experiencia visual inigualable, complementada con pequeñas galerías de arte, restaurantes, cafeterías y boutiques de diseñadores locales.
Sin embargo, Oia es más que solo un lugar bonito. Es el mejor sitio para disfrutar de los famosos atardeceres de Santorini, que atraen a miles de visitantes cada año. Cuando el sol comience a ponerse, coge tu sitio en uno de los miradores y terrazas del pueblo para presenciar cómo el sol se sumerge en el mar, tiñendo el cielo de tonos naranjas, rosados y púrpuras. Es una experiencia mágica que te dejará sin palabras.
2. Visitar la caldera de Santorini
La caldera es uno de los elementos más distintivos que visitar en Santorini. Este espectacular anfiteatro natural fue formado hace más de 3.500 años tras una enorme erupción volcánica que colapsó el centro de la isla, dejando un cráter sumergido en el mar.
Existen muchas formas de disfrutar de la caldera, y una de las más populares es tomar un crucero en barco. Desde el agua, puedes admirar los imponentes acantilados que rodean el cráter, con sus pueblos encalados colgando al borde como si fueran joyas blancas.
Muchos tours en barco también incluyen visitas a las islas volcánicas de Nea Kameni y Palea Kameni, donde puedes caminar por senderos volcánicos y ver fumarolas activas. Palea Kameni, en particular, es conocida por sus aguas termales, donde puedes disfrutar de un baño relajante rodeado de un entorno único.
Si prefieres ver la caldera desde tierra firme, puedes hacerlo desde los numerosos miradores que se encuentran en Fira, Imerovigli y Oia. Cada uno de estos puntos ofrece vistas espectaculares del cráter y el mar Egeo, especialmente durante el atardecer.
3. Pasear por Fira, la vibrante capital de la isla
Fira, la capital de la isla, es una parada obligatoria que visitar en Santorini.
Situada en lo alto de los acantilados de la caldera, Fira combina tradición y modernidad de una manera fascinante. Sus estrechas calles están llenas de vida, con una amplia variedad de tiendas, restaurantes, bares y cafeterías que ofrecen bellas vistas del mar y los acantilados.
Uno de los mayores atractivos de Fira es su ubicación. Desde casi cualquier punto del pueblo, puedes disfrutar de panorámicas impresionantes de la caldera y las islas volcánicas circundantes. Es el lugar perfecto para caminar sin rumbo, descubrir pequeñas iglesias ortodoxas y tiendas de artesanías locales, o simplemente sentarte en una terraza y disfrutar de un café griego mientras admiras el paisaje.
Además de su belleza natural, Fira alberga varios museos que te permitirán conocer más sobre la historia y la cultura de Santorini. El Museo Arqueológico de Tera exhibe objetos de la antigua ciudad de Akrotiri, mientras que el Museo de Prehistoria de Tera ofrece una visión detallada de la civilización minoica que habitó la isla hace miles de años.
Por la noche, Fira se transforma en el epicentro de la vida nocturna de Santorini, con una gran variedad de bares y clubes que permanecen abiertos hasta altas horas de la madrugada.
4. Relajarse en las playas volcánicas de Perissa y Kamari
Santorini es famosa por sus playas únicas, y dos de las más destacadas son Perissa y Kamari. Estas playas, ubicadas en el lado sureste de la isla, son conocidas por su arena negra volcánica y sus aguas cristalinas, que crean un contraste espectacular con el azul intenso del mar Egeo.
Perissa es una playa tranquila y relajada que se extiende por 7 kilómetros. Es ideal para desconectar, tomar el sol y disfrutar del sonido del mar. Aquí puedes alquilar una sombrilla y una tumbona para pasar el día cómodamente, o probar deportes acuáticos como el paddle surf y el snorkel. A lo largo del paseo marítimo, encontrarás una gran cantidad de bares y restaurantes que sirven platos tradicionales griegos, como souvlaki, gyros y pescado fresco.
Kamari, por otro lado, tiene un ambiente más animado y es conocida por su vibrante vida nocturna. Su paseo marítimo está lleno de bares, cafeterías y tiendas, lo que la convierte en un lugar ideal para combinar un día de playa con una cena o una salida nocturna. Además, Kamari está protegida por la imponente roca de Mesa Vouno, que ofrece una vista impresionante y un excelente lugar para hacer senderismo.
5. Probar los vinos locales en una bodega tradicional
La tradición vinícola de Santorini es una de las más antiguas y singulares del mundo, y explorar las bodegas locales es una de las mejores cosas que hacer en Santorini.
Gracias a su suelo volcánico, la isla ofrece un terroir único que produce vinos con sabores distintivos y aromas que reflejan la esencia del paisaje. Entre las variedades más famosas destaca el Assyrtiko, un vino blanco seco que es el orgullo de la isla.
Una de las mejores maneras de descubrir esta tradición es visitar alguna de las bodegas que salpican la isla. Santo Wines, una de las bodegas más grandes y conocidas, no sólo ofrece catas de vino, sino también vistas impresionantes de la caldera desde su terraza.
Otro lugar muy popular es Venetsanos Winery, una bodega histórica que combina arquitectura tradicional y modernas técnicas de producción. Por su parte, Domaine Sigalas, cerca de Oia, es ideal para los amantes del vino que desean una experiencia más personalizada y profunda sobre los procesos de vinificación.
Muchas de estas bodegas ofrecen tours guiados donde puedes aprender sobre las técnicas tradicionales que se utilizan en Santorini para proteger las vides del viento y el sol intenso. Las vides se cultivan en forma de cestas bajas, conocidas como kouloura, lo que protege las uvas y les permite absorber las propiedades únicas del suelo volcánico.
Además de los vinos blancos, no puedes dejar de probar el vino dulce llamado Vinsanto, elaborado con uvas pasas que se secan al sol antes de ser prensadas. Este vino tiene un sabor rico y dulce, perfecto para acompañar postres o como digestivo después de una comida.
6. Hacer una caminata desde Fira hasta Oia
La caminata desde Fira hasta Oia es una de las experiencias más inolvidables que hacer en Santorini.
Este sendero panorámico, de aproximadamente 10 kilómetros, conecta dos de los pueblos más pintorescos de la isla y ofrece vistas espectaculares de la caldera y el mar Egeo durante todo el recorrido. Es una actividad ideal para disfrutar del senderismo y explorar la belleza natural de la isla de una manera activa.
El recorrido comienza en Fira y pasa por los encantadores pueblos de Firostefani e Imerovigli, dos lugares que también ofrecen vistas de la caldera. A medida que avanzas, el sendero te llevará por caminos pavimentados y tramos de tierra, con varios miradores perfectos para detenerte a descansar y tomar fotografías. Los paisajes son simplemente impresionantes, con el contraste del azul del mar, los acantilados volcánicos y las casas blancas de los pueblos.
Dependiendo de tu ritmo y las paradas que hagas, la caminata puede durar entre 2 y 4 horas. Se recomienda realizarla temprano en la mañana o al final de la tarde para evitar las horas de mayor calor, sobre todo si viajas a Santorini en verano. No olvides llevar calzado cómodo, protector solar, agua y una cámara para capturar los paisajes.
7. Visitar las icónicas iglesias de cúpulas azules
Las iglesias de cúpulas azules son, sin duda, uno de los símbolos más reconocibles que ver en Santorini.
Estas iglesias están repartidas por toda la isla, pero las más famosas se encuentran en Oia y Firostefani. Su inconfundible contraste entre el blanco puro de las paredes y el intenso azul de las cúpulas ha convertido a estas iglesias en una de las postales más fotografiadas del mundo.
Una de las iglesias más conocidas es la de Panagia Platsani, ubicada en el centro de Oia. Su diseño minimalista y su ubicación privilegiada la convierten en la más fotografiada de la isla.
En Firostefani, destaca la famosa iglesia de Agios Theodoros, un sitio ideal para quienes buscan fotos impresionantes con el mar Egeo de fondo.
Estas iglesias no solo son fotogénicas, sino que también representan la historia y las tradiciones religiosas de la isla, que se remontan a siglos atrás. Explorar estas joyas arquitectónicas es una forma sencilla y agradable de sumergirte en la cultura y la esencia de Santorini.
8. Explorar el pueblo tradicional de Pyrgos
Pyrgos es un lugar que visitar en Santorini si deseas descubrir el lado más auténtico y tranquilo de la isla.
Situado en el centro de Santorini, este acogedor pueblo fue la antigua capital de la isla y conserva su carácter tradicional, lejos del bullicio de lugares más turísticos como Fira y Oia. Aquí, el tiempo parece haberse detenido, y pasear por sus calles estrechas y empedradas es como viajar al pasado.
En el corazón de Pyrgos se encuentra su castillo, una fortaleza veneciana que ofrece vistas panorámicas de la isla. Desde aquí, puedes contemplar la belleza de Santorini en toda su extensión, desde los acantilados de la caldera hasta el mar abierto. Además del castillo, Pyrgos está salpicado de pequeñas iglesias, muchas de ellas con frescos y elementos arquitectónicos que reflejan la rica historia religiosa de la isla.
El pueblo también es conocido por sus tabernas tradicionales, donde puedes degustar platos locales como la ensalada griega, la fava (un puré de habas típico de Santorini) y el tomate keftedes, unas deliciosas croquetas de tomate.
9. Ver la famosa Playa Roja
La Playa Roja, ubicada cerca del sitio arqueológico de Akrotiri (que también merece la pena una visita para entender la historia milenaria de la isla), es uno de los lugares más icónicos que ver en Santorini.
Lo que hace única a esta playa es el vívido contraste de colores que se puede apreciar en el paisaje. Sus acantilados de un intenso color rojo volcánico, combinados con la arena oscura y el azul cristalino del mar Egeo, crean una escena casi surrealista que parece sacada de otro planeta.
Acceder a la Playa Roja es toda una experiencia. Para llegar, debes caminar por un corto sendero que comienza en un parkingo cercano. El camino, aunque un poco empinado, ofrece muy buenas vistas. Desde el mirador al inicio del sendero, puedes observar la playa en todo su esplendor antes de descender hasta la orilla.
Si prefieres evitar la caminata, también puedes llegar en barco desde Akrotiri o desde otros puntos de la isla, lo que añade un toque de aventura.
Una vez en la playa, puedes disfrutar de un refrescante baño en sus aguas claras, practicar snorkel o simplemente relajarte mientras admiras el imponente paisaje. Aunque no es una playa extensa y puede llenarse rápidamente, la experiencia de estar rodeado de estas formaciones naturales de color rojo es verdaderamente única. Además, la zona cuenta con varios kioscos y pequeñas tiendas que venden bebidas y aperitivos, por lo que no tendrás que preocuparte por llevar demasiados suministros.
Es importante tener en cuenta que debido a la erosión de los acantilados, el acceso a ciertas áreas de la Playa Roja puede estar restringido por razones de seguridad, así que siempre sigue las indicaciones locales.
10. Disfrutar de una cena al atardecer con vistas a la caldera
Santorini es uno de los destinos más románticos de Europa, por lo que, si estás planeando un viaje especial, una de las mejores cosas que hacer en Santorini será disfrutar de una inolvidable cena con tu pareja.
Los pueblos de Fira, Imerovigli y Oia cuentan con numerosos restaurantes y tabernas que ofrecen una mezcla de gastronomía griega y mediterránea. Imagina degustar una cena tradicional mientras el sol comienza a desaparecer en el horizonte, tiñendo el cielo y el mar con tonos dorados, rosados y naranjas. Este momento, acompañado de un buen vino local, es simplemente mágico.
Algunos de los platos más recomendados para probar durante tu cena incluyen el fava (un puré de habas típico de Santorini), los tomates fritos (keftedes), el pescado fresco y el pulpo a la parrilla, que son especialidades locales. Muchos restaurantes también ofrecen opciones de cocina contemporánea que combinan ingredientes locales con técnicas modernas, creando platos que son un verdadero festín para los sentidos.
Entre los restaurantes más destacados se encuentran Ammoudi Fish Tavern, situado en la bahía de Ammoudi, justo debajo de Oia, donde puedes cenar literalmente al borde del agua; y Argo Restaurant en Fira, que ofrece una combinación perfecta de comida deliciosa y vistas impresionantes. Si prefieres un ambiente más exclusivo, Grace Hotel Santorini en Imerovigli cuenta con un restaurante de alta gama que ofrece una experiencia culinaria de lujo con vistas incomparables.
Aunque muchos restaurantes requieren reservas con antelación, especialmente durante la temporada alta, la experiencia vale totalmente la pena. Una cena al atardecer con vistas a la caldera no solo es una delicia gastronómica, sino también una gran manera de despedirse de una isla que se quedará grabada para siempre en tu alma viajera.
Artículo escrito por David Escribano, de Viajablog